Recreo celebra los 142 años de la mítica visita del Beato Mamerto Esquiú

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Este sábado 28 de diciembre, la ciudad de Recreo, en el departamento La Paz, conmemora los 142 años de la histórica visita del Beato Mamerto Esquiú.

El evento, que tuvo lugar en 1882, se celebra en el templo parroquial de San Roque con una serie de actividades religiosas. Los fieles se reunirán para rezar el Santo Rosario a las 20:30 y, a las 21:00, celebrarán la Santa Misa, pidiendo por la pronta canonización de Fray Mamerto Esquiú.

El aporte histórico del Prof. Roque Morales destaca los detalles de este significativo viaje del Beato, quien, en su breve labor como Obispo de Córdoba, visitó la región en una misión religiosa. En ese entonces, Esquiú había sido solicitado por el gobernador de La Rioja, Francisco Vicente Bustos, para bendecir el nuevo cementerio municipal, un tema que había generado tensiones, pero que se había resuelto de manera satisfactoria para la Iglesia.

Un viaje humilde y espiritual

El 28 de diciembre de 1882, Fray Mamerto Esquiú emprendió su viaje hacia Recreo, tomando el tren desde Córdoba a las 7:00 AM, en un coche de segunda clase. A pesar de las invitaciones a viajar en un coche de primera clase, Esquiú eligió no aceptar el lujo. “No puedo gastar en lujos, porque la plata que tengo no es mía. Es de los pobres”, explicó a su secretario, Pedro Anglada. Durante el trayecto, compartió con los pasajeros la comida que le habían regalado los frailes y monjas, y sólo comió las migas que quedaban.

Al llegar a la estación El Recreo por la tarde, Esquiú y su secretario pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, continuaron su viaje hacia La Rioja, a bordo de «La Mensajería», un transporte de galera tirado por caballos que tardaba tres días en llegar a su destino. A lo largo de este recorrido, Esquiú mostró su humildad y devoción, especialmente cuando rezó por la lluvia en medio de la sequedad del desierto catamarqueño. En ese entonces, los paisanos de la región le pedían oraciones para que la lluvia llegara a sus tierras, y Esquiú, con fe, se internaba en la agreste vegetación para orar de rodillas. La lluvia no tardó en llegar, consolidando su reputación de hombre de profunda espiritualidad y milagros.

Este viaje, aunque corto, fue crucial para la historia religiosa de la región, y la figura de Mamerto Esquiú sigue siendo un símbolo de humildad, fe y dedicación a la comunidad. Hoy, 142 años después, Recreo honra su paso por la ciudad con una misa y actividades religiosas que evocan su legado perdurable.