Mauro de Las Parinas cuenta que las ventas fueron desde 40 hasta 150 por día. El stock lo reponían todos los días, y no pararon de producir durante el Poncho. En su stand ofreció productos de lo más accesibles, como almohadones con estampa de mamadera y agarraderas a mil pesos, hasta contenedores de tela con manijas de cuerina a 14 mil. Han hecho un 5% de ventas en efectivo aproximadamente, el resto, con tarjeta.
Beatríz de Valeara se aseguró de producir durante todo el año por lo que llegó con stock al final del evento, salvo por las mantas de vellón tejidas a mano que ya se agotaron. “Los últimos días pusimos ofertas de accesorios, agarraderas, topcitos, cuellos” y agregó que “al que no tenía la aplicación, le hacían un 20 % de descuento”. Por día vendieron un promedio de 20 productos, que van desde los 1.500 hasta 35 mil. Las ventas en efectivo y con tarjeta alcanzaron el mismo volumen cada una.
En el caso de Bio Kairos, Zuli cuenta que también vendieron un 50 y 50 en efectivo y con tarjeta. “Nos ha ido super bien”, asegura, y cuenta que todos los días fueron a producir para poder responder a la demanda. Vendieron un promedio de 300 mil pesos por día.
Viure vendió entre un 50 y un 70 por ciento más que en el 2022. Lo que exhibían en su puesto el último fin de semana es lo que le quedaba de stock. Para entonces ya llevaba vendidos más de 150 kokedamas, su fuerte, que van desde los 4.000 hasta los 12 mil pesos. La promoción con tarjeta Nativa hizo que las personas se animaran a llevar plantas un poco más caras. En el laboratorio botánico llegaron al último día de la feria sin producción para vender.
Este año Café Pascual se sumó al espacio del Poncho Diseño. Con una oferta de cafetería, sandwiches, panadería y pastelería, y fueron una opción para quienes quisieron degustar algo mientras paseaban como también para quienes se encontraban trabajando en el Predio Ferial. Vendieron casi 500 cafés por día, acompañados por budines de limón de arándanos, alfajores de nuez, o algo salado también como los sandwiches Yaya, Tata o Ninina, entre otros, que incluyen ingredientes como palta, panceta, rúcula, y otras delicias.
Los 34 diseñadores catamarqueños mostraron las últimas tendencias y propuestas repletas de talento, innovación y creatividad en todas sus manifestaciones.
Es importante destacar la renovación que hubo en esta edición: el 35% de la totalidad de los expositores estuvo compuesta por diseñadores que participaron por primera vez, reuniendo a las mejores propuestas del diseño catamarqueño en los rubros textil, indumentaria, textil para el hogar, perfumes, jabones y esencias, marroquinería, encuadernación, diseño editorial, artes visuales y objetos de diseño/decoración. fuente:elancasti